3.1. Controlar el color
“¿Por qué dos colores, cuando se unen, se ponen a cantar? No tiene explicación…” Lo dijo Picasso, y la frase sugiere el misterio que obra en nosotros el color. Sin duda, el color es uno de los ingredientes que más "atmósfera" dan a una imagen. El color, o su ausencia, influye profundamente en nosotros, y el efecto que una imagen nos produce depende, en gran medida, de su cromatismo. Colores suaves y naturales nos transmiten sosiego y tranquilidad mientras que los tonos eléctricos y vibrantes nos estimulan y excitan nuestro sistema nervioso.

El control del color empieza cuando encuadras (puedes elegir incluir colores intensos en el encuadre, o bien limitarte a encuadrar elementos de tonos pálidos, o tratar de combinarlos de diferentes maneras). También influye el tipo de luz que eliges para la toma. Asimismo, como ya hemos visto, la elección del balance de blancos en la cámara también es importante. El control del color no termina cuando pulsas el disparador: continúa después de descargar la foto en el ordenador. Allí, podrás modificar sus matices, ya sea a través de ajustes automáticos o bien atendiendo a las tres variables fundamentales que lo caracterizan: el tono, la saturación y el brillo.
 
Controlar el color (fig. 1a) Controlar el color (fig. 1b) Controlar el color (fig. 1c)
Hay temas de intensos colores y otros que apenas presentan sutiles tonalidades coloreadas. La climatología y la luz también desempeñan un importante papel, atenuando o intensificando los tonos de la escena. Todo esto se puede realzar, si es preciso, en el ordenador. Fotografías: Ion Alejos / Marcos Celada / Rafael Arnela.
Tono, saturación, brillo
En la actualidad, ningún programa de retoque que se precie dejará de incluir, entre sus múltiples opciones, la de manipular más o menos a fondo el tono, la saturación y el brillo del color. Este control se puede ejercer ya sea en toda la imagen a la vez (la "dominante") como en tonos concretos de la misma, sin alterar el resto. Veámoslo un poco más de cerca:
1. Tono
El tono es la longitud de onda que define un color (en lenguaje llano, su nombre: naranja o violeta son dos tonos distintos –dos longitudes de onda distintas– de color).

Recuerda que las dos modalidades básicas que el ordenador posee para codificar el color son el modo RGB (siglas en inglés de Rojo, Verde, Azul) y el modo CMYK (Cian, Magenta, Amarillo y Negro). El modo RGB es el que utilizan los monitores para representar el color (expresado en tantos por ciento de luz roja, verde y azul), mientras que el CMYK es el que se utiliza al imprimir en artes gráficas, y corresponde a los porcentajes de tinta cian, magenta, amarilla y negro que se empleará para crear una imagen sobre papel.
Controlar el color (fig. 2)
El arco iris es la mejor lección práctica sobre el tono que ofrece la naturaleza. Fotografía: Jordi Rosario Cardona.
Anteriormente ya viste que en el momento de la toma puedes decidir, mediante el balance de blancos, la dominante o tono general de los colores presentes en una imagen. Una vez introducida ésta en el ordenador, es el momento de juzgar si dicha dominante resulta adecuada o si, por el contrario, conviene potenciarla en un sentido u otro (mayor o menor calidez, por ejemplo). Si utilizas el comando "Variaciones" de Photoshop, se abrirá un cuadro de diálogo en el que podrás optar entre varias versiones de una misma imagen con diferentes dominantes de color:
Controlar el color (fig. 3)
Si usas Photoshop© para mejorar el color, empieza abriendo "Variaciones" para encontrar la dominante más favorecedora para tu imagen. Comparar las diferentes versiones te ayudará a ver más claramente cuál es la mejor. Fotografía: Lorenzo León.
CONSEJO:
Una ligera dominante cálida (amarilla/anaranjada), aplicada a un paisaje, potenciará los tonos marrones y verdes de la vegetación. En un retrato, esta misma corrección puede ayudarte a darle un tono más saludable a la piel de una persona.
Controlar el color (fig. 4a) Controlar el color (fig. 4b)
Un balance de blancos poco acertado y cierta neblina mermaron el impacto de una toma potencialmente interesante. En el ordenador, basta con realzar el contraste y aplicar una dominante cálida (anaranjada) con el comando Variaciones, a fin de neutralizar el exceso de azul presente en la atmósfera, para restaurar la belleza del monumento original. Observa el efecto sobre la vegetación del fondo. Fotografía: Dolores Palacios.
Controlar el color (fig. 5)
Un reencuadre, para dejar el cielo blanco fuera de campo, combinado con un realzado sutil del tono cálido (amarillo/anaranjado) de la escena dan el toque deseado a esta imagen otoñal. Fotografía: Nikonista 279159.
En el próximo nivel, por otra parte, veremos una interesante opción para un control refinado de las dominantes de color, a través de los archivos RAW que ofrecen las cámaras réflex digitales o compactas avanzadas. Las peculiares características de los archivos RAW permiten que, en lugar de escoger el balance de blancos antes de disparar la foto, puedas realizar el balance de blancos en el momento de abrir la toma en el ordenador. Esto posibilita una gran sutileza en el control de las dominantes, pues podrás valorar y comparar a placer en la pantalla del monitor las distintas variantes de balance de blancos, para poder escoger la más apropiada para el tema.
2. Saturación
La saturación de un color es la intensidad o pureza con que se presenta a la vista. Un color saturado equivale a un color intenso, vivo (0 por ciento de saturación equivale a gris, 100 % es saturación total, el color en su grado máximo de intensidad). A la hora del retoque, algunas imágenes pueden ganar si saturas ligeramente los colores; otras, en cambio, funcionarán mejor con colores más discretos, menos saturados.
Controlar el color (fig. 6a) Controlar el color (fig. 6b) Controlar el color (fig. 6c)
Tres posibilidades de saturación del color:
a) baja saturación
b) saturación normal
c) alta saturación
Contrariamente a lo que muchos aficionados piensan, no siempre los colores saturados son la mejor opción. Algunas cámaras ofrecen de manera automática la posibilidad de saturar sistemáticamente los colores, pero los colores vivos son sólo una parte de las posibilidades: muchos temas ofrecen un aspecto mucho mejor con un color matizado. A veces, convendrá incluso que reduzcas un poco la saturación para conseguir un resultado más natural y suave.
Controlar el color (fig. 7)
Los colores poco saturados suavizan la imagen y contribuyen a crear atmósferas tranquilas. Fotografía: Juan Carlos Valle Mantecón.
Ten presente, por otra parte, que en una misma escena no todos los colores presentan un mismo grado de saturación. Unos pueden ser más saturados que otros, y dichos colores saturados crean puntos de interés que atraen la mirada del espectador.
Controlar el color (fig. 8)
En esta imagen, la mancha de luz anaranjada posee un color claramente más saturado que el resto y, por esta razón, atrae la mirada, al igual que lo hace el punto luminoso de la farola. Un entorno de colores apagados hace que un color más saturado destaque inmediatamente sobre el resto. Aquí no es necesario retoque alguno para que el tono naranja destaque con fuerza. Fotografía: Javier Rodríguez Ceballos.
3. Brillo
El brillo se define como la luminosidad relativa del color, y suele medirse con porcentajes que van del 0% (negro) al 100% (blanco). En general, aumentar el brillo produce el efecto de restar presencia al color y, a la inversa, disminuir el brillo confiere más fuerza, más "cuerpo" a ese mismo color.
Controlar el color (fig. 9a) Controlar el color (fig. 9b)
Cuando se alteran los niveles de luminosidad del color, no se alteran los tonos, pero se acentúa o disminuye la presencia de los colores en la imagen. Fotografía: Finicon.
CONSEJO:
Cuando retoques el color, prueba a visualizar la fotografía sobre un entorno blanco, negro y gris. Verás que, según el fondo escogido, tanto el brillo y la saturación como el tono parecen variar de aspecto. Normalmente, el fondo negro es el que hace que los colores parezcan más intensos y saturados.
Otras intervenciones sobre el color
Como has podido ver, opciones como el comando "Variaciones" o “Tono/Saturación” de Photoshop ofrecen un control general sobre las dominantes de color. Casos típicos serían el de subrayar el rojo y el amarillo para dar vida a imágenes demasiado frías (paisajes en días nublados, especialmente en alta montaña, por ejemplo, o bien retratos realizados en la sombra) y, menos frecuente, tono azul para corregir atmósferas demasiado cálidas. Aquí no hay más norma que tu gusto personal y sensibilidad: compara las distintas versiones que presenta el cuadro, y elige entre ellas (combinando, si es necesario, varios cambios de tono) para encontrar el tono, la saturación y el brillo general más adecuados.

Si quieres aplicar el blanco y negro a una imagen, podrás decidir si prefieres eliminar todo rastro de color o bien probar con versiones “teñidas” digitalmente (a esta técnica se le llama “virado”). El sepia o el azul son dos de los virados más habituales:
Controlar el color (fig. 10a) Controlar el color (fig. 10b)
“Variaciones” permite buscar fácilmente el tono más apropiado para una imagen en blanco y negro. En este caso, quizá un tono azulado daría el aporte melancólico adecuado a esta imagen de un invernadero visto a través de un cristal con gotas de lluvia.
Colores irreales
Para experimentar más libremente con el color, corrigiendo sólo unos tonos y dejando los otros intactos, elige el comando "Tono/Saturación" de Photoshop©. Se abrirá un cuadro de diálogo con tres reguladores (correspondientes a tono, saturación y brillo) que pueden desplazarse a izquierda o derecha. Muévelos para comprobar qué efecto producen sobre la imagen. En la parte superior del cuadro de diálogo, un menú te permitirá decidir si actúas sobre todos los colores a la vez o bien sólo sobre una gama determinada (rojos, amarillos, verdes, cianes, azules o magentas).
Controlar el color (fig. 11a) Controlar el color (fig. 11b) Controlar el color (fig. 11c)
Una sencilla forma de cultivar nuevas variedades de rosas en el jardín: el comando "Tono/Saturación" de Photoshop permite alterar los tonos de una determinada gama cromática (en este caso, se ha elegido modificar únicamente los rojos). De este modo, se pudo transformar fácilmente el color original de esta rosa en un encendido tono naranja. Fotografía: Finicon.
Colores extremos
En Photoshop, además del comando “Tono/Saturación”, tienes a tu alcance la opción "Equilibrio de color" (también en Imagen>Ajustes), que te permitirá actuar sobre las proporciones de color por separado en las luces, medios tonos y sombras de la imagen. Prueba también el comando "Reemplazar color": podrás hacer clic sobre un área de la imagen, seleccionar el color de esa área y de las de color similar en toda la imagen, y modificar los valores de tono, saturación y brillo de esa gama específica a tu antojo. Y si realmente eres un fanático de los colores extremos, no dejes de probar el comando "Color selectivo" de Photoshop. Su cuadro de diálogo te permitirá modificar los componentes relativos o absolutos de cian, magenta, amarillo y negro de la gama de colores que tú elijas.
Controlar el color (fig. 12a) Controlar el color (fig. 12b)
Experimentar con el color requiere algo de práctica y, sobre todo, buenas dosis de espíritu crítico: a veces los resultados te parecerán muy vistosos y llamativos en el momento del retoque pero, a la mañana siguiente, puede que juzgues excesivos los resultados. Fotografía original: Miquel Riutort.
CONSEJO:
Es buena idea dejar “descansar” un retoque de color antes de darlo por bueno: deja la imagen abierta, haz otra cosa durante un rato, y vuélvela a mirar. Muchas veces, un retoque funcionará mejor si moderas un poco tu impulso inicial de crear una imagen espectacular a cualquier precio.
Retoque localizado del color
Como hemos visto más arriba en el ejemplo de la imagen nocturna, a veces la belleza de un color está en cómo destaca sutilmente por encima del resto de tonos de la imagen. Si quieres intervenir en zonas concretas de la fotografía, realzando el color de un solo objeto o área, existen herramientas específicas para ello. Junto a las herramientas de control de tono, en Photoshop tienes la herramienta "Esponja", que te permite saturar o desaturar áreas concretas de la imagen, aplicando el efecto en forma de pinceladas.

Prueba a resaltar elementos concretos, como el color de unos ojos, una prenda de vestuario o las flores de un paisaje. También puedes disminuir la intensidad del color de un objeto cuya excesiva presencia resulte perturbadora para una buena lectura de la imagen (como, por ejemplo, un rótulo de color demasiado llamativo en el fondo).
Controlar el color (fig. 13)
Saturando el amarillo de las flores éstas ganan presencia y protagonismo. Fotografías: Esteve Ribera.
Naturalmente, también podrías utilizar la herramienta Pincel para "pintar" aplicando directamente el color sobre la imagen. En tal caso, elige un nivel de opacidad bajo y un pincel de bordes difuminados para evitar dar "brochazos" planos que se notarían demasiado. De este modo, aplicarás el color por transparencia, de forma progresiva y manteniendo la textura del fondo, con lo que el resultado ganará en realismo. Esto puede funcionar, por ejemplo, a la hora de dar color a un cielo.

Asimismo, la Esponja, sea en su versión Saturar o Desaturar, te ofrecerá la ocasión de experimentar con efectos especiales, eliminando de forma selectiva el color de una imagen:
Controlar el color (fig. 14a) Controlar el color (fig. 14b)
La esponja dejó el fondo gris, con lo que las flores casi parecen estar saliendo de la fotografía en dirección al espectador. Fotografías: David Plaza.
CONSEJO:
Recuerda que los muchos millones de colores que un ordenador es capaz de presentar en pantalla superan las posibilidades de impresión de las tintas convencionales. Si experimentas con colores extremos, éstos quedarán "fuera de gama", y la impresora no los reproducirá con exactitud (elegirá un tono semejante), lo que no impide, sin embargo, disfrutarlos plenamente en pantalla.
Cuestionario
1. El monitor reproduce los colores siguiendo el modo:
2. La saturación se define como: